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los ilusionistas, escamotean la realidad tal cual es y consiguen engañar a las personas. ¿Cómo
salir de esa prisión particular?, solamente utilizando la primera herramienta: la atención. Esta es
como la lámpara para un caminante en la oscuridad de la noche.
El hombre es la única criatura que puede ejercitar conscientemente su atención, pero no es la
atención mecánica la que interesa trabajar, sino la atención consciente, plenamente ejercitada,
capaz de percibir lo agradable y lo desagradable sin reaccionar neuróticamente, aprendiendo de
lo grato y de lo ingrato por igual. Es la atención que percibe al desnudo, directa e
inmediatamente, y que al hacerlo, como se abre al momento presente, olvida mucho de lo
pasado. Es un olvido reconfortante que hace que la persona sienta haber abandonado un pesado
fardo. Es la atención que está más allá de prejuicios porque se convierte en maestra de vida;
aparece como hermosa y plena pero al mismo tiempo requiere un cultivo tenaz. No puede ser de
otro modo porque solamente estando atento se aprende a estar atento.
19
A menudo es más importante desaprender que aprender; liberar que seguir acumulando.
Sólo cuando los nubarrones se disipan, se presenta el sol en todo su esplendor.
El hábito proviene de una acción o reacción repetitiva que termina dejando un curso e
imponiendo su presión. El hábito roba frescura y automatiza. La meditación es un método de
desautomatización.
La respuesta de la vida.
La vía de la atención consciente es la más segura y está avalada por los grandes maestros de
todas las épocas y todas las latitudes, porque es la única que asegura el camino hacia una mente
más calma e iluminada. Aunque la mente está estancada es posible sacarla del embotamiento,
puede aspirar a dimensiones más creativas, donde se halla la respuesta viva del momento y no la
fea reacción del pasado.
Hay que ir poco a poco construyendo y apuntalando la atención lúcida con ecuanimidad; es decir,
con firmeza y serenidad ante todo lo inestable y movedizo. La ecuanimidad es el equilibrio, el
poder nuclear de la visión clara y al ser ecuánime se reacciona con moderación y se resuelven
muchos condicionamientos y heridas del pasado; se superan frustraciones y traumas y emerge
una consciencia sin huellas del pasado, sin represiones ni viejos modelos de conducta mental.
La atención, junto a la ecuanimidad, restaña las heridas pasadas y deja la mente en disposición
de enriquecerse con la respuesta de la vida. Es posible el entrenamiento para conseguir estar
más atentos a los pensamientos, las palabras y los actos. La mente se renueva a cada golpe de
atención y puede ejercitarse para que descubra la realidad inmediata; es como una flor que se
abre momento a momento, creando su propio aroma, sin resistencias innecesarias ni
negatividades frustrantes.
Nada es una bendición pero tampoco una maldición porque todo es importante para la evolución
interna. Cada situación es un maestro; cada experiencia, un guía; cada acontecimiento, un reto
positivo. A través de la atención también se aprende mucho sobre uno mismo, porque se deja de
estar en la superficie de la mente para aprender también a explorar sus profundidades.
Mantenerse en vela representa una saludable e intensa vigilia que ayuda a liberar la
mente de sus engaños y obstáculos. Es siempre provechoso y ayuda a sondear la propia
mente.
La mente es como un iceberg.
La mente es como un trozo grande de hielo en el mar del que solamente una parte aflora a la
superficie. Así el aprendizaje vital es continuo hasta que surge un espacio interno de calma; se
fabrica un centro de atención y ecuanimidad que se mantiene a buen recaudo en todas las
circunstancias: el individuo aprende a bregar con las inevitables vicisitudes de la vida. Permanece
en calma ante el encuentro y el abandono, el placer y el dolor, la vida y la muerte.
Aquel que es capaz de desarrollar una firme atención y una inquebrantable ecuanimidad en la
vida, podrá utilizarlas también desde el momento de la muerte. Vivir con ecuanimidad prepara
para enfrentarse a la muerte con ecuanimidad.
Iba un maestro paseando con su discípulo por el campo y éste le solicitó enseñanza. El maestro
preguntó:
--¿Escuchas el trino de los pájaros?
--Sí --respondió el discípulo.
Y el maestro respondió:
--Entonces no tengo nada que enseñarte.
La vida es la respuesta, claro que sí, y la respuesta es la vida. También hay una respuesta en la
muerte y la muerte es la respuesta. Cada momento cuenta porque se muere a cada instante y a
cada instante se nace. La grandeza está en reconocer que cada momento es el primordial. Quien
espera lo mejor para el futuro descubre que ése es un truco burdo de la mente... si es que lo
descubre alguna vez.
20
La mente mide, compara, interpreta, evalúa, toma, rechaza, conceptúa, etiqueta, rotula,
pero... ¿vive?
La estrategia.
Para cultivar y desarrollar la atención armónica y metódica e ir cambiando las actitudes de la
mente y superando los viejos modelos de conducta mental, se requiere:
:&la meditación sentada, como práctica asidua
:&
:&la actitud meditativa en la vida diaria; es decir, estar más atentos
:&
:&la genuina ética en el pensamiento, palabra y obra, que consiste básicamente en evitar hacer
:&
daño a los demás y en poner los medios para que sean felices, evitando la maledicencia, el
odio y la ira [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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los ilusionistas, escamotean la realidad tal cual es y consiguen engañar a las personas. ¿Cómo
salir de esa prisión particular?, solamente utilizando la primera herramienta: la atención. Esta es
como la lámpara para un caminante en la oscuridad de la noche.
El hombre es la única criatura que puede ejercitar conscientemente su atención, pero no es la
atención mecánica la que interesa trabajar, sino la atención consciente, plenamente ejercitada,
capaz de percibir lo agradable y lo desagradable sin reaccionar neuróticamente, aprendiendo de
lo grato y de lo ingrato por igual. Es la atención que percibe al desnudo, directa e
inmediatamente, y que al hacerlo, como se abre al momento presente, olvida mucho de lo
pasado. Es un olvido reconfortante que hace que la persona sienta haber abandonado un pesado
fardo. Es la atención que está más allá de prejuicios porque se convierte en maestra de vida;
aparece como hermosa y plena pero al mismo tiempo requiere un cultivo tenaz. No puede ser de
otro modo porque solamente estando atento se aprende a estar atento.
19
A menudo es más importante desaprender que aprender; liberar que seguir acumulando.
Sólo cuando los nubarrones se disipan, se presenta el sol en todo su esplendor.
El hábito proviene de una acción o reacción repetitiva que termina dejando un curso e
imponiendo su presión. El hábito roba frescura y automatiza. La meditación es un método de
desautomatización.
La respuesta de la vida.
La vía de la atención consciente es la más segura y está avalada por los grandes maestros de
todas las épocas y todas las latitudes, porque es la única que asegura el camino hacia una mente
más calma e iluminada. Aunque la mente está estancada es posible sacarla del embotamiento,
puede aspirar a dimensiones más creativas, donde se halla la respuesta viva del momento y no la
fea reacción del pasado.
Hay que ir poco a poco construyendo y apuntalando la atención lúcida con ecuanimidad; es decir,
con firmeza y serenidad ante todo lo inestable y movedizo. La ecuanimidad es el equilibrio, el
poder nuclear de la visión clara y al ser ecuánime se reacciona con moderación y se resuelven
muchos condicionamientos y heridas del pasado; se superan frustraciones y traumas y emerge
una consciencia sin huellas del pasado, sin represiones ni viejos modelos de conducta mental.
La atención, junto a la ecuanimidad, restaña las heridas pasadas y deja la mente en disposición
de enriquecerse con la respuesta de la vida. Es posible el entrenamiento para conseguir estar
más atentos a los pensamientos, las palabras y los actos. La mente se renueva a cada golpe de
atención y puede ejercitarse para que descubra la realidad inmediata; es como una flor que se
abre momento a momento, creando su propio aroma, sin resistencias innecesarias ni
negatividades frustrantes.
Nada es una bendición pero tampoco una maldición porque todo es importante para la evolución
interna. Cada situación es un maestro; cada experiencia, un guía; cada acontecimiento, un reto
positivo. A través de la atención también se aprende mucho sobre uno mismo, porque se deja de
estar en la superficie de la mente para aprender también a explorar sus profundidades.
Mantenerse en vela representa una saludable e intensa vigilia que ayuda a liberar la
mente de sus engaños y obstáculos. Es siempre provechoso y ayuda a sondear la propia
mente.
La mente es como un iceberg.
La mente es como un trozo grande de hielo en el mar del que solamente una parte aflora a la
superficie. Así el aprendizaje vital es continuo hasta que surge un espacio interno de calma; se
fabrica un centro de atención y ecuanimidad que se mantiene a buen recaudo en todas las
circunstancias: el individuo aprende a bregar con las inevitables vicisitudes de la vida. Permanece
en calma ante el encuentro y el abandono, el placer y el dolor, la vida y la muerte.
Aquel que es capaz de desarrollar una firme atención y una inquebrantable ecuanimidad en la
vida, podrá utilizarlas también desde el momento de la muerte. Vivir con ecuanimidad prepara
para enfrentarse a la muerte con ecuanimidad.
Iba un maestro paseando con su discípulo por el campo y éste le solicitó enseñanza. El maestro
preguntó:
--¿Escuchas el trino de los pájaros?
--Sí --respondió el discípulo.
Y el maestro respondió:
--Entonces no tengo nada que enseñarte.
La vida es la respuesta, claro que sí, y la respuesta es la vida. También hay una respuesta en la
muerte y la muerte es la respuesta. Cada momento cuenta porque se muere a cada instante y a
cada instante se nace. La grandeza está en reconocer que cada momento es el primordial. Quien
espera lo mejor para el futuro descubre que ése es un truco burdo de la mente... si es que lo
descubre alguna vez.
20
La mente mide, compara, interpreta, evalúa, toma, rechaza, conceptúa, etiqueta, rotula,
pero... ¿vive?
La estrategia.
Para cultivar y desarrollar la atención armónica y metódica e ir cambiando las actitudes de la
mente y superando los viejos modelos de conducta mental, se requiere:
:&la meditación sentada, como práctica asidua
:&
:&la actitud meditativa en la vida diaria; es decir, estar más atentos
:&
:&la genuina ética en el pensamiento, palabra y obra, que consiste básicamente en evitar hacer
:&
daño a los demás y en poner los medios para que sean felices, evitando la maledicencia, el
odio y la ira [ Pobierz całość w formacie PDF ]